Defensa de la Hispanidad, escrito por Ramiro de Maeztu, es una obra fundamental para entender y promover el concepto de «Hispanidad” como un vínculo cultural, histórico y espiritual entre España y América Latina. Maeztu, uno de los intelectuales más influyentes de la Generación del 98, defiende en este libro la idea de que España tiene una misión civilizadora en el mundo, basada en la difusión de la lengua, la religión y los valores hispánicos. Su obra es un llamado a fortalecer los lazos entre los pueblos de habla hispana y a reivindicar el legado positivo de España en América.

Maeztu comienza por definir la «Hispanidad” como una comunidad de naciones unidas por la lengua española, la fe católica y una historia compartida. Para él, esta comunidad no es solo un hecho histórico, sino un proyecto cultural y espiritual que debe ser preservado y fortalecido. Maeztu argumenta que España, a través de la colonización, llevó a América no solo su lengua y su religión, sino también una serie de valores que han contribuido a la formación de las identidades nacionales en el continente.

Uno de los aspectos más destacados de Defensa de la Hispanidad es su reivindicación del papel de España como civilizadora. Maeztu resalta que, a diferencia de otros imperios coloniales, España buscó integrar a los pueblos indígenas en su proyecto cultural, promoviendo el mestizaje y la creación de una sociedad multicultural. Este enfoque, según Maeztu, es una de las grandes aportaciones de España a la historia universal y un motivo de orgullo para el hispanismo.

Maeztu también defiende la importancia de la lengua española como elemento unificador del mundo hispánico. Para él, el español no es solo un medio de comunicación, sino un vehículo de cultura y pensamiento que permite a los pueblos de América Latina expresar su identidad y su visión del mundo. Esta idea es fundamental para fomentar el hispanismo, ya que destaca el papel de la lengua como un puente entre España y América.

En cuanto a la religión, Maeztu argumenta que el catolicismo es uno de los pilares de la Hispanidad. Según él, la fe católica no solo unió a los pueblos de América Latina, sino que también les proporcionó un marco moral y espiritual que ha influido en su desarrollo cultural y social. Aunque este enfoque puede resultar controvertido en un contexto secular, es innegable que la religión ha jugado un papel importante en la historia de América Latina y en su relación con España.

Maeztu no ignora los errores cometidos durante la colonización, pero insiste en que estos no deben opacar las aportaciones positivas de España. Su obra es un llamado a superar los prejuicios y a reconocer el legado español en América, no como una imposición, sino como una herencia compartida que ha enriquecido a ambos continentes.

En cuanto al estilo, Defensa de la Hispanidad es un texto apasionado y persuasivo, escrito con el objetivo de conmover y convencer. Maeztu combina el rigor intelectual con un tono emotivo, lo que hace que su obra sea accesible tanto para especialistas como para el público general. A través de su defensa de la lengua, la religión y los valores hispánicos, Maeztu nos invita a reconocer y celebrar los lazos que unen a España y a Iberoamérica. Su obra es un testimonio del poder de la cultura como fuerza unificadora y un llamado a fortalecer la comunidad hispánica en un mundo cada vez más globalizado.